Sin lugar a dudas, siempre habrá otra ciudad después de la lluvia, al menos esa impresión tuvimos los invitados a este 2`Encuentro Nacional de escritores en Orizaba.
Camino de regreso, con nuestras maletas refugio de libros, sobre la carretera, con los recuerdos a favor y la lluvia en contra, pudimos hacer un alto en el camino y reconocernos. Ahí estaban las voces del destierro en sus múltiples laberintos, los palabracaidistas, las tres mesas de poesía, las tres de narrativa. Mario, siempre el Mario, redirigiendo las coordenadas de una taza de café, lo mismo que la amenaza constante del tiempo.
Islas y
El sur dejo por un momento ser ese verde ajeno de una noche, una calle. Al menos eso nos ha hecho creer Refugio Pereida y José Roberto Pulido devolviendonos la esperanza, Glafira Rocha confirmándola ante los escuchas de siempre, las sillas que para fortuna nuestra volverán a ocuparse el año siguiente quizás con nuevos adeptos. El saldo fue bueno, Mario y su acertada pluralidad, los invitados y su atinada forma de agrupar y la ciudad, la ciudad antalogando las diversas formas de nombrarse.
Agradecemos pues a Mario islasainz tomar la palabra y contenerla y a