I
De mi niñez recuerdo un eco ajeno
de las más amadas voces.
Recuerdo el sabor de la fruta madura.
No recuerdo la verdura fresca,
pero sí, el frío que dulcemente jalaba mis cabellos
Y a mi padre con olor a gasolina.
Eso encontré cofre pueril de la memoria.
Recuerdo el entusiasmo en mí
al descubrir en el campo agüilotes, ciruelas y guayabas
que caían despidiendome su esencia.
La ansiedad por encontrar hilos y tejer anhelos.
II
En la familia no se hablaba de nada, de nadie,
de ningún tiempo
sólo se hablaba con ellos en sueños.
En ocasiones por cartas
para preguntar sobre amantes cobardes,
triunfos fallidos, decepciones rancias.
Y preguntar por los muertos que viven
en mi libro inédito.
Discutíamos cosas efímeras
De mi niñez recuerdo un eco ajeno
de las más amadas voces.
Recuerdo el sabor de la fruta madura.
No recuerdo la verdura fresca,
pero sí, el frío que dulcemente jalaba mis cabellos
Y a mi padre con olor a gasolina.
Eso encontré cofre pueril de la memoria.
Recuerdo el entusiasmo en mí
al descubrir en el campo agüilotes, ciruelas y guayabas
que caían despidiendome su esencia.
La ansiedad por encontrar hilos y tejer anhelos.
II
En la familia no se hablaba de nada, de nadie,
de ningún tiempo
sólo se hablaba con ellos en sueños.
En ocasiones por cartas
para preguntar sobre amantes cobardes,
triunfos fallidos, decepciones rancias.
Y preguntar por los muertos que viven
en mi libro inédito.
Discutíamos cosas efímeras
y compartíamos
gustos elementales
gustos elementales
como el sexo
BERONICA PALACIOS (GUADALAJARA,MEXICO)
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